El compositor Bernard Herrmann decía que la música debe suplantar lo que los actores no alcanzan a decir y que debe aportar lo que las palabras no son capaces de expresar.
Sea como sea, no hay duda de que la música ha jugado uno de los papeles más relevantes en la historia del cine, y de que algunas bandas sonoras se han convertido en auténticos mitos de nuestra historia audiovisual.
En esta línea, el cine de terror no es una excepción. Más allá de que películas como “El Resplandor”, “Drácula” o “Tiburón” se hayan convertido en auténticos clásicos del cine por su rigurosa genialidad, no podemos negar un hecho: “El exorcista” o “Poltergeist” no serían lo mismo sin “Tubular Bells” de Mike Olfied o “Carol Ann’s Theme” de Jerry Goldsmith, respectivamente, y las escena de la ducha de “Psicosis” no funcionaria con “Cantando bajo la lluvia”, aunque sería divertido comprobarlo. Y si no creéis que la música influye en la narrativa de la historia, echadle un vistazo al link: https://www.youtube.com/
El cine de terror parte con la atmósfera: nos prepara para ser vulnerables al miedo, sorprendernos, engañarnos o darle un vuelco a la escena en el momento más inesperado. Ruidos, acordes violentos o meras canciones de cuna son ensambladas con planos contrapicados, claroscuros y personajes para construir la base de todas nuestras pesadillas.
Ahora que el día 31 está más cerca es un buen momento para recuperar esas verdaderas obras de arte que son capaces de evocar, sugestionar y comunicar todo aquello que, al mirar una película, no vemos pero escuchamos. Cuéntanos, ¿qué banda sonora consigue ponerte todos los pelos de punta?